Hoy en día, cuando se habla de un «sommelier», la gente lo identifica con alguien que sabe mucho de vinos -aunque cada vez más usado para el mundo de la cerveza también- de las diversas zonas de origen, de los procesos de elaboración, de maridajes, de servicio, de la comunicación vitivinícola, etc.

Hace unos años atrás, era considerado solo “un mozo que sabía de vinos”. Y mucho tiempo antes todavía, era el encargado de cuidar y servir los vinos. Pero en sus comienzos, la historia del sommelier era muy distinta.
Volvemos a Europa, pero esta vez a la Francia de la Edad Media. En aquella época, tanto los nobles, como los reyes y caballeros, cuando tenían que realizar un viaje o trasladar parte de sus pertenencias, lo hacían valiéndose de animales de carga (animaux de somme) o bestias de carga (bêtes de somme), en referencia a los burros y mulas que se utilizaban para el trabajo.
Nacimiento de la palabra sommelier
Como hemos visto, la palabra “somme” significaba literalmente “carga” en francés medieval y por lo tanto, el “sommier” o “sommerier” (así, con r) era el encargado de cuidar y vigilar los animales y las cargas más importantes que estos transportaban, entre las cuales se encontraba por supuesto el vino, además de otras tan disimiles como armas y panes.
Luego, esta misma persona era la encargada de supervisar la descarga y de controlar que todo hubiese llegado en correcto estado.
Fue así como el termino «sommier», con el transcurrir del tiempo y las deformaciones típicas del lenguaje, devino en el actual término “sommelier” que conocemos actualmente.