Lo primero que hay que entender es que el IBU, desde una perspectiva química, no hace referencia al sabor percibido en la cerveza, sino a los niveles de ciertos compuestos amargos que se encuentran diluidos en el líquido.
Las IPA son uno de los estilos de cerveza más populares en todo el mundo, pero aun así, existen personas que no soportan las cervezas cargadas de lúpulo y esto podría deberse a una variación genética en su percepción del sabor amargo.
El sentido del gusto es tan importante que está conectado al cerebro a través de tres vías separadas, por lo que si una se daña, aún hay dos respaldos para continuar con el trabajo, la misma cantidad de redundancia que una nave espacial.
Se trata un sabor sutil pero de retrogusto prolongado, que induce la salivación y una sensación aterciopelada en la lengua que estimula la garganta, el paladar y la parte posterior de la boca.