El chef de TV y escritor ha comparado a aquellos obsesionados con la cerveza artesanal con los humanos sin emoción de la clásica película de ciencia ficción «Invasion of the Body Snatchers» (La Invasión de los Ladrones de Cuerpo).

Anthony Bourdain dice que la mayor crítica que recibe de los espectadores de sus programas de televisión está asociada a su elección de cerveza, pero no se arrepiente.
Me gusta la cerveza fría. Me gusta pasarlo bien. Honestamente, no me gusta hablar de cerveza.
La cerveza artesanal elaborada de manera tradicional por pequeños productores sigue creciendo en todo el mundo, pero algunos de los más pretenciosos bares han enfurecido a Bourdain.
Estaba en San Francisco desesperado por una cerveza y entré a este lugar. Luego noté que estaba lleno de cervezas de las que nunca había oído, lo cuál me pareció bien, pero luego miré a mi alrededor y todo el lugar estaba lleno de gente, cada uno con cinco vasos pequeños en frente, llenos de cervezas diferentes, tomando notas sobre ellas.
Para finalizar señalando:
Esto no es un bar, es la maldita «Invasión de los Ladrones de Cuerpo». Algo está mal. Esto no es lo que bar debería ser.
Snobs del vino y la cerveza
Su enojo no está reservado sólo para los snobs de la cerveza, sino también para los aficionados al vino.
Me he sentado en mesas donde alguien sirve fantásticos vinos, uno tras otro. Pero, ya sabes, sólo dame el nombre, dime de dónde es y está todo bien. No necesito saber dónde está la maldita colina o quién plantó las vides. No lo necesito. Ya bebí, amigo. Simplemente no me importa.
Bourdain dice que no le importa hacer televisión con un buen vino o cerveza, porque todo se ve igual en la cámara.
Es por eso que generalmente no hacemos escenas en bodegas o cervecerías. Porque no importa lo bueno que sea, podría ser una de las cinco botellas que quedan en la Tierra o haber sido embotellada por el mismo Napoleón, pero visualmente, es algo rojo que entra en un vaso, nada más.