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En los últimos años, el interés de la población masculina por comprender cómo sus hábitos alimentarios influyen en la salud de la próstata ha crecido considerablemente y entre los alimentos más referidos, la cerveza sigue generando controversia tanto en la comunidad médica como entre los propios pacientes.

Salud prostática

Los especialistas en urología y nutrición funcional coinciden en que no existe una respuesta única para todos los casos, aunque sí hay evidencia científica que nos permite analizar con mayor precisión cuáles podrían ser los efectos del consumo moderado de cerveza sobre la glándula prostática.

Es por eso que, lejos de las generalizaciones comunes, es necesario considerar su composición bioquímica, el patrón de consumo y los mecanismos biológicos implicados.

¿Qué es la próstata?

La próstata es una glándula propia del sistema reproductor masculino, ubicada justo debajo de la vejiga y rodeando la uretra, cuya función principal es producir parte del líquido seminal, que nutre y transporta los espermatozoides.

Cerveza y salud prostática

Cuando se habla de la salud prostática, especialmente en hombres mayores de 40 años, surgen algunas preguntas recurrentes.

¿Afecta el consumo regular de cerveza al desarrollo de enfermedades de próstata como la hiperplasia benigna (HBP) o el cáncer de próstata? ¿Puede existir algún efecto positivo en el tejido prostático derivado del consumo moderado de cerveza?

Composición nutricional

Antes de analizar su impacto en la próstata, es importante entender qué ingredientes componen una cerveza promedio, porque aunque se asocia principalmente su contenido de alcohol, contiene otros componentes relevantes desde el punto de vista nutricional.

La cerveza está compuesta mayoritariamente por agua, seguida por carbohidratos complejos provenientes de la malta, proteínas vegetales, vitaminas del complejo B, minerales como magnesio, potasio, zinc y selenio, así como también compuestos fenólicos con actividad antioxidante.

Uno de los elementos más interesantes desde el punto de vista hormonal es la presencia de flavonoides prenilados derivados del lúpulo, particularmente la 8-prenilnaringenina, con propiedades similares a los estrógenos naturales del cuerpo humano.

Estos compuestos han generado interés en la comunidad científica por su posible acción moduladora sobre tejidos sensibles a hormonas, como la próstata.

Riesgos de cáncer de próstata

Numerosos estudios epidemiológicos han explorado la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, con resultados dispares según el tipo y cantidad de bebidas consumidas.

Un metaanálisis publicado en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention en 2016 mostró que el consumo elevado de alcohol (más de 50 gramos de etanol diarios, equivalente a aproximadamente cinco cervezas al día) se asociaba con un ligero aumento en el riesgo de cáncer de próstata, especialmente en estadios avanzados.

No obstante, este riesgo no fue significativo en consumidores ocasionales o moderados (una a dos cervezas al día).

En cuanto al tipo específico de bebida alcohólica, algunos estudios sugieren que el consumo moderado de cerveza no presenta el mismo riesgo que el de bebidas destiladas.

Un estudio prospectivo realizado en Suecia y publicado en The British Journal of Cancer en 2001 encontró que los hombres que consumían cerveza con moderación tenían niveles séricos más bajos de antígeno prostático específico (PSA), lo cual podría sugerir una menor inflamación prostática asociada al consumo leve.

Efectos antiinflamatorios y antioxidantes

Los compuestos fenólicos presentes en la cerveza, especialmente los derivados del lúpulo, tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podrían tener un efecto regulador sobre el tejido prostático.

La 8-prenilnaringenina, por ejemplo, ha demostrado inhibir la proliferación celular en líneas de células prostáticas humanas en estudios in vitro, según investigaciones publicadas en la revista Molecular Nutrition & Food Research en 2012.

Además, el zinc presente en la cerveza, aunque en cantidades moderadas, es un mineral fundamental para una función prostática normal, ya que los bajos niveles de zinc en esta glándula están relacionados con un mayor riesgo de inflamación y crecimiento anormal de tejidos.

Hiperplasia benigna de próstata

En cuanto a la hiperplasia benigna de próstata (HBP), uno de los trastornos más comunes en hombres mayores de 50 años, existe poca evidencia directa sobre el impacto del consumo de cerveza.

Sin embargo, se sabe que el consumo excesivo de alcohol puede afectar la función vesical indirectamente, alterando la contractilidad del músculo detrusor y aumentando la producción nocturna de orina.

No hay evidencia concluyente de que el consumo moderado de cerveza agrave los síntomas urinarios asociados a la HBP.

Por el contrario, algunos estudios sugieren que el perfil antioxidante de la cerveza podría ayudar a reducir el estrés oxidativo en el tejido prostático, un factor implicado en la progresión de esta condición.

Consumo moderado y equilibrio

En resumen, el consumo moderado de cerveza, considerando hasta 2 unidades diarias, no parece estar vinculado a un aumento significativo del riesgo de enfermedades prostáticas en la mayoría de los estudios disponibles.

Más aún, algunos de sus componentes bioactivos, como los flavonoides del lúpulo, podrían ofrecer beneficios antioxidantes y antiinflamatorios en tejidos como la próstata.

Sin embargo, es fundamental no perder de vista que el consumo excesivo de cualquier bebida alcohólica, incluida la cerveza, está asociado a múltiples efectos negativos en la salud general, incluyendo el sistema endocrino y reproductivo masculino.

Además, factores individuales como la genética, la dieta global, el nivel de actividad física y la historia familiar juegan un papel mucho más importante en el desarrollo de patologías prostáticas que el consumo puntual de cerveza.

Los especialistas en salud prostática recomiendan a los pacientes mantener hábitos saludables, realizar chequeos periódicos y, en caso de consumir alcohol, hacerlo con moderación, priorizando siempre la calidad de vida y la prevención integral.

Referencias

  1. Zhao, J., Stockwell, T., Roemer, A., & Chikritzhs, T. (2016). Is alcohol consumption a risk factor for prostate cancer? A systematic review and meta-analysis. Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, *25*(6), 934-945. https://doi.org/10.1158/1055-9965.EPI-15-0726
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  3. Possemiers, S., Bolca, S., Grootaert, C., Heyerick, A., Decroos, K., Dhooge, W., De Keukeleire, D., Rabot, S., Verstraete, W., & Van de Wiele, T. (2012). *The prenylflavonoid isoxanthohumol from hops (Humulus lupulus L.) is activated into the potent phytoestrogen 8-prenylnaringenin in vitro and in the human intestine*. Molecular Nutrition & Food Research, *56*(12), 1868-1880. https://doi.org/10.1002/mnfr.201100519
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Autor Carlos Uhart M.

Director de contenidos en Zythos Media™. Redactor digital especializado en cerveza y gastronomía. Autor de "Guía Práctica para Catar Cerveza" y "Cocina y Coctelería con Cerveza".

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