Esta norma es fundamental en sectores como la alimentación, la enología, la industria cervecera y la cosmética, donde la validez y reproducibilidad de los resultados dependen en gran medida de las condiciones en las que se realizan.
Este fenómeno, conocido como "lightstruck flavor", sabor quemado o a zorrillo, ocurre cuando la cerveza se expone a luz visible o ultravioleta, comprometiendo significativamente la calidad del producto.
Durante siglos, las cervezas de fermentación espontánea fueron un misterio natural. Sin control de laboratorio, sin levaduras industriales ni inoculaciones programadas, se dejaban en manos del aire, del tiempo y del entorno.
La percepción organoléptica de la cerveza constituye un proceso neurofisiológico complejo que se ve significativamente alterado por condiciones hipobáricas, como las experimentadas durante los vuelos comerciales o en regiones de alta montaña.
Se trata de dos reacciones químicas responsables de gran parte de la magia que ocurre en el dorado del pan, el color de la carne a la parrilla, la apariencia de una cerveza, el aroma del café recién tostado o el sabor profundo de una cebolla caramelizada.
Descubre cómo la pasteurización en la cerveza, aunque garantiza la estabilidad microbiológica, también impacta su composición de vitaminas y antioxidantes, afectando el perfil nutricional y sensorial de la bebida.
Se identificaron un total de 76 compuestos volátiles, de los cuales 34 fueron descritos como activamente aromáticos por el panel de olfatometría. Estos incluyeron 16 aldehídos, 11 heterociclos, 5 alcoholes, 1 cetona y 1 fenol.
La ISO 4120 es la norma internacional que describe la metodología conocida como prueba triangular, diseñada para determinar si existe o no una diferencia sensorial perceptible entre dos productos o variantes del mismo producto.
Un nuevo estudio danés liderado por Esben Due Yding y denominado "Yeast RNA–protein interactions generate beer haze" introduce un factor inesperado hasta ahora para inducir turbidez controlada en la cerveza.
Los resultados compilados demuestran que la incorporación de frutas no solo amplía la diversidad sensorial, sino que también contribuye al desarrollo de bebidas funcionales con potencial impacto positivo en la salud humana.
La sensación en boca se puede definir como el conjunto de percepciones que no provienen directamente del gusto ni únicamente del olfato, sino de la interacción física, térmica o química de la bebida con la boca, lengua, paladar y garganta.
Explorar estas combinaciones es recorrer México con el paladar, descubriendo en cada sorbo y cada bocado la profundidad cultural que hace de esta gastronomía una de las más admiradas del mundo.