Cuando se produce una explosión nuclear, lo primero que nos viene a la cabeza es muerte y destrucción. La devastación de prácticamente todo lo que tenemos a nuestro alrededor.

Explosión nuclear
Explosión nuclear

Pero si te preguntas qué es lo que sucedería con una cerveza expuesta a una explosión nuclear, la ciencia, como siempre, tiene respuestas a las preguntas importantes y esta sin duda es una de ellas.

¿Qué sucede con una cerveza expuesta a la radiación?

Es posible que si sales con vida de una explosión nuclear, lo primero en lo que pensarías sería en beber una buena cerveza, pero ¿serán potables?

Resulta que este tipo de cuestiones ya las tuvieron en cuenta desde el mismo momento que comenzaron las primeras pruebas estadounidenses en el desierto de Nevada en los años 50.

Operation Teapot

Con la denominada Operation Teapot, a partir de 1955, Estados Unidos detonó 14 bombas con las que trataba de probar nuevos diseños y efectos de armas nucleares.

Como parte de ese trabajo, los investigadores dispusieron un montón de latas y botellas de cerveza y refrescos con la intención de ver lo que les ocurría.

Dicho experimento acabó convirtiéndose en un estudio en 1957 bajo el título de “El efecto de las explosiones nucleares en las bebidas comercialmente envasadas”.

Un estudio que el investigador Alex Wellerstein recuerda así:

En 1956 la Comisión de Energía Atómica detonó dos bombas, una con una liberación de energía equivalente a 20 kilotones de TNT y otra de 30 kilotones en una zona de pruebas en Nevada. Las botellas y las latas fueron cuidadosamente colocadas a varias distancias de la zona cero.

Los contenedores más cercanos se colocaron a menos de 400 metros de distancia y desde ahí en adelante fueron colocando el resto. Algunas fueron enterradas en lotes, otras se colocaron una al lado de la otra.

Resultados del experimento

Aunque las cervezas más cercanas a las explosiones quedaron ligeramente radioactivas, los investigadores determinaron que todavía eran potables, al menos si se trataba de una emergencia.

Obviamente también, aquellas bebidas que estaban situadas más lejos quedaron menos irradiadas. ¿Pero cómo?

Tabla de bebidas

El líquido estaba suficientemente protegido por los recipientes de las cervezas. Estos recogieron parte de la radiactividad e hicieron posible que fueran “potables” o “bebibles”, aunque, como decíamos, en menor medida las más cercanas a la detonación.

Incluso para probar que estaban en lo cierto, los investigadores llegaron a probar las bebidas, la mayoría de las cuales consideraron que estaban “tomables” (menos aquellas que se encontraban más cercanas a la explosión).

Cerveza radiactiva

Así que sí, en el improbable caso de que nos encontremos en el radio de una detonación nuclear, si salvamos la vida y lo primero que nos viene a la cabeza es abrir una lata de cerveza, posiblemente no nos ocurra nada malo.

Al menos nada peor que el hecho de encontrarnos en una zona donde el polvo y la ceniza radioactiva ya están envenenando el ambiente que respiramos.

Quizá por ello y de darse la situación, lo ideal sería encontrar un refugio como podría ser un búnker, antes de abrirnos esa cerveza radioactiva.

¿Vidrio o lata? ¿Qué envase brinda mayor protección contra la radiación?

Ambos tipos de envases ofrecen cierta protección, pero los de lata tienden a absorber ligeramente más radiación debido a su material metálico. Aun así, en el experimento de 1957 se concluyó que el líquido en el interior de ambos tipos de recipientes estaba lo suficientemente aislado.

¿Podría la radiación alterar el contenido alcohólico de la cerveza?

La radiación ionizante no tiene un impacto significativo en la concentración de etanol, por lo que el grado alcohólico de la cerveza permanece prácticamente igual, salvo que haya una evaporación por el calor generado.

 ¿Se realizaron otros experimentos similares con alimentos?

Sí, además de bebidas, se probaron alimentos enlatados, textiles y objetos del hogar durante pruebas nucleares de los años 50 y 60 para evaluar la viabilidad de la supervivencia civil en escenarios de guerra nuclear.

¿Podría una cerveza irradiada causar enfermedades si se consume?

La exposición a radiación aumenta el riesgo de enfermedades. Sin embargo, las bebidas que estuvieron alejadas del epicentro mostraron niveles tan bajos que no supondrían un riesgo inmediato, según los estándares de seguridad de la época, aunque no serían recomendables para consumo prolongado.

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Autor Carlos Uhart M.

Director de contenidos en Zythos Media™. Redactor digital especializado en cerveza y gastronomía. Autor de "Guía Práctica para Catar Cerveza" y "Cocina y Coctelería con Cerveza".