La industria cervecera está experimentando una transformación sin precedentes donde la tecnología ha dejado de ser un complemento para convertirse en el núcleo de la innovación.
En un hito histórico para la biotecnología espacial y la ciencia alimentaria, un grupo de astronautas llevará a cabo la primera fermentación de cerveza en el espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Conforme aumenta su masividad, la industria cervecera también ha acelerado las innovaciones de sostenibilidad para poder reducir la “huella hídrica” que involucran sus procesos.
Un refractómetro es un instrumento óptico que mide la concentración de sacarosa de una solución basada en el índice de refracción que produce la luz en dicha solución.
El gushing es un fenómeno no deseado en la cerveza que se manifiesta como una liberación excesiva y violenta de dióxido de carbono (CO₂) al abrir una botella o lata, provocando un derrame incontrolable de espuma y líquido.
La astringencia es una sensación táctil que provoca sequedad y aspereza en la lengua, el paladar y las encías, cuyo origen está vinculado a la interacción de taninos y otros polifenoles con las proteínas de la saliva.
Explora los efectos físicos y bioquímicos de las frecuencias sonoras en la producción cervecera, su impacto en la actividad de las levaduras, la formación de compuestos aromáticos y la estabilidad del producto final.
Kveik es una familia de levaduras noruegas conocida hace apenas unos años que fermenta a velocidades que parecen imposibles y tienen la habilidad de prosperar a temperaturas abrasadoramente cálidas.
La elaboración de cerveza parti-gyle se puede definir básicamente como el proceso de elaborar dos o tres cervezas diferentes a partir de un solo macerado del que se obtienen dos o tres mostos de distinta densidad.
El lúpulo es vital en la industria cervecera debido a sus diversas personalidades organolépticas: lúpulos nobles alemanes, cepas británicas amaderadas, varietales especiados estadounidenses o híbridos con perfiles a frutas tropicales.
Desde la selección de los ingredientes hasta la fermentación final, la química es esencial para comprender cómo se desarrollan los sabores y aromas, permitiendo a los cerveceros ajustar el proceso para obtener resultados específicos.
Kvas es una antigua cerveza rusa que puede tomar muchas formas dependiendo de dónde y en qué época del año se elabora, pero en su núcleo siempre es una cerveza de bajo contenido de alcohol con una ligera acidez agria.