Si bien los orígenes de la Kombucha aún son desconocidos, el consenso indica que se habría originado al noreste de China, en donde existen escritos que mencionan el hongo del té hacia el año 206 A.C.
Únicamente se necesitan cuatro ingredientes para elaborar casi cualquier tipo de cerveza, pero cada uno de ellos tiene múltiples opciones relacionadas a la composición del agua, el tostado de las maltas, las variedades de lúpulo y levadura.
Como casi todos los cerveceros, probablemente ajustas la tasa de lupulado según el procentaje de alfa ácidos de cada lúpulo, pero ¿Ajusta los granos en función de los cambios en color, humedad, o extracto potencial?
En palabras simples la cerveza es una bebida alcohólica elaborada a partir de azúcares obtenidas de cereales y otros granos, saborizada y aromatizada con lúpulo que luego son fermentados en agua con levaduras del género Saccharomyces.
Los cerveceros belgas suelen utilizar un tipo de azúcar denominada Candy Sugar en la elaboración de cerveza para lograr una alta graduación sin un cuerpo denso, al contrario que si estuvieran hechas 100% de malta.
La cerveza se ha convertido hoy en día en un excelente aliado en la cocina, como ingrediente o acompañamiento al preparar sopas y caldillos, carnes de todo tipo, arroz o incluso como en la fermentación de masa de panes y pizzas.
La elaboración de cerveza es muy similar a la del vino en cuanto a sus fundamentos. La gran diferencia reside en la fuente de azúcar a fermentar, lo que puede en un inicio parecer algo complejo, sin duda su perfeccionamiento lo es.
A pesar que la cebada, el lúpulo y la levadura generalmente obtienen toda la atención, el agua para la elaboración de cerveza es el principal ingrediente y los iones presentes en el suministro afectaran directamente el sabor de una cerveza, para bien y para mal.
Desde los primeros días de la cerveza, se han utilizado hierbas amargas para equilibrar el dulzor de la malta, añadirle cualidades refrescantes y darle un peso sustancial a la bebida.
Todo comenzó a fines del siglo XIX (1883) cuando Joseph Williams, hijo de John Locke Lovibond, destacado cervecero de Greenwich, Inglaterra, se decidió a encontrar una manera de asegurar una alta calidad para sus cervezas.
Con todo el ruido que generan estos días las cervezas hiper-lulupadas, es muy fácil olvidar a los humildes granos de malta, a pesar que han sido el fundamento de la cerveza desde hace más de 10.000 años.
Los cerveceros caseros siempre comienzan utilizando malta como fuente de azúcares fermentables, pero no tienen porque detenerse allí, existe un mundo de nuevas posibilidades por explorar.