Primero llegaron los growlers, esos tradicionales recipientes de vidrio marrón o acero inoxidable que permiten transportar y conservar la frescura de la cerveza artesanal como si estuviera recién servida.

Estos envases se convirtieron en una opción ideal para los amantes de la cerveza que deseaban disfrutarla más allá del bar o la cervecería, extendiendo su experiencia hasta la comodidad del hogar.
Con el creciente interés por la cerveza artesanal y la proliferación de cervecerías, surge una nueva alternativa: los crowlers.
Estas son latas que se llenan y sellan al momento en el local, garantizando una experiencia de frescura única para llevar.
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Servicio de enlatado en crowler
Con el tiempo, y en paralelo al auge de la cerveza artesanal, surgió una evolución de esta propuesta: los crowlers.
Estas innovadoras latas se llenan y sellan al momento, directamente en el local y a pedido del consumidor.

El proceso consiste en tomar la cerveza tirada directamente del barril, como si se sirviera en un vaso, pero en este caso, se envasa en una lata de 473 ml que es sellada herméticamente en el acto.
Este formato no solo asegura que la cerveza mantenga su frescura y sabor original, sino que también protege su contenido de la luz y del oxígeno, factores que pueden alterar su calidad
Crowler vs Growler
El desarrollo de los crowlers tuvo su origen en 2014, cuando las cervecería Oskar Blues, pionera en el uso de latas para cervezas artesanales, se asoció a una empresa de envasado para crear una máquina capaz de sellar latas individualmente.
Este avance fue posible gracias a la implementación de un proceso en el que, antes de cerrar la lata, se realiza un barrido con dióxido de carbono (CO2).
Este paso elimina la presencia de oxígeno en el interior del envase, evitando que la cerveza se oxide y garantizando una vida útil más prolongada.

Una de las grandes diferencias entre los crowlers y los growlers radica en su capacidad para conservar la frescura.
Mientras que los growlers de vidrio suelen perder gasificación una vez abiertos, los crowlers ofrecen un sellado hermético que preserva el sabor, el aroma y la textura de la cerveza por casi un mes.
Transporte y variedad
Además, el tamaño más pequeño de los crowlers, en comparación con los dos litros típicos de un growler, facilita un consumo más medido y permite llevar diversas variedades a casa, ideal para quienes desean disfrutar de diferentes estilos de cerveza.
Otra ventaja importante del crowler es su utilidad para cervezas limitadas o de temporada.
En muchos casos, cuando una cervecería lanza un lote especial, los clientes pueden optar por envasar esta cerveza en crowlers para llevársela a casa y disfrutarla en un momento especial.
Esto también fomenta la exploración de sabores únicos, ya que permite adquirir pequeñas cantidades de distintas variedades sin preocuparse por el deterioro del producto.
Una solución innovadora
En términos prácticos, los crowlers representan una solución innovadora que combina tecnología, comodidad y respeto por la calidad del producto.
Este formato resuelve las principales desventajas asociadas a otros métodos de transporte y conservación de cervezas artesanales, al tiempo que se adapta a las necesidades de un consumidor cada vez más exigente y apasionado por la diversidad de estilos y sabores.
El crowler, sin duda, se ha consolidado como una evolución natural en el disfrute de la cerveza artesanal, acercando esta experiencia única a los hogares de todo el mundo.