La fermentación, el proceso biológico en el que las levaduras transforman los azúcares en alcohol y dióxido de carbono, es una etapa esencial en la elaboración de cerveza.

Aunque en la Tierra este proceso ocurre de manera natural bajo la influencia de la gravedad, en el espacio, la microgravedad introduce diversos desafíos que alteran el comportamiento de los gases y líquidos.
Los desafíos de fermentar en microgravedad
Bajo la influencia de la gravedad en la Tierra, este proceso sigue una dinámica predecible, ya que el dióxido de carbono generado asciende a la superficie, permitiendo una separación efectiva entre el gas y el líquido.
Este fenómeno, conocido como sedimentación por gravedad, facilita la carbonatación y contribuye a la formación de la espuma característica de la cerveza.
Sin embargo, en un entorno de microgravedad, como el espacio, las propiedades físicas de los gases y líquidos cambian drásticamente.
La ausencia de gravedad interfiere con la separación natural de los componentes, lo que provoca que el dióxido de carbono permanezca disperso en el líquido en forma de burbujas más pequeñas y difíciles de expulsar.
La microgravedad modifica las interacciones a nivel molecular entre las partículas de gas y las del líquido, creando un entorno en el que la flotación y sedimentación no ocurren de manera convencional.
Desde un punto de vista químico y físico, la carbonatación es crucial no solo para la textura de la cerveza, sino también para su perfil aromático y gustativo.
Las burbujas de dióxido de carbono actúan como vehículos para liberar compuestos volátiles, los cuales son responsables de los aromas que percibimos al consumir cerveza, pero en microgravedad, líquidos y gases no se comportan de la misma forma.
Estos desafíos no son solo teóricos, sino que implican un replanteamiento profundo de los procesos de elaboración de cerveza cuando se proyecta al futuro de la exploración espacial, como la colonización de Marte o estaciones espaciales más permanentes.
Los experimentos de AB-InBev en la ISS
En un intento por entender mejor cómo se comporta la fermentación en el espacio, en 2019, Anheuser-Busch, la compañía detrás de Budweiser, envío muestras de cebada a la Estación Espacial Internacional (ISS).
El objetivo era estudiar cómo la microgravedad afecta el crecimiento del grano y en consecuencia, la calidad de la malta, uno de los ingredientes principales en la cerveza.
Estos experimentos marcaron un hito, ya que son los primeros pasos hacia la producción de cerveza en condiciones espaciales y aunque los resultados aún están en evaluación, la investigación plantea preguntas fascinantes sobre cómo adaptar la agricultura y la producción de alimentos, incluida la cerveza, para futuros colonos espaciales.
Se requeriran investigaciones más detalladas para comprender cómo la microgravedad afectará otros aspectos del proceso de elaboración de cerveza, como la fermentación de la levadura, la interacción entre el alcohol y el dióxido de carbono y la estabilidad de los sabores.
Si bien los experimentos actuales se centran principalmente en los ingredientes, el siguiente gran reto será encontrar formas de controlar la fermentación en un entorno donde las condiciones de las leyes físicas cambian.
La próxima frontera espacial
Viajar a Marte fue siempre una fantasía de la ciencia ficción, pero hoy en día se ha convertido en una posibilidad tangible gracias a los avances tecnológicos y la inversión masiva en exploración espacial.
Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, junto con agencias espaciales como la NASA, están trabajando en tecnologías que podrían llevar a los humanos a Marte en las próximas décadas.
La NASA ya ha establecido planes para llevar astronautas a Marte en algún momento de la década de 2030, mientras que Elon Musk ha sido más ambicioso, prometiendo misiones tripuladas para mediados de esta década.
Uno de los principales desafíos para los viajes a Marte es la duración del viaje. Con la tecnología actual, un viaje de ida y vuelta a Marte podría durar entre seis y nueve meses, lo que significa que cualquier suministro, incluidos alimentos y bebidas, deberá ser gestionado cuidadosamente.
Es aquí donde la capacidad de producir cerveza o cualquier otro alimento, en el espacio o en Marte, cobra vital importancia.
Producir cerveza en Marte requeriría cultivar cebada en invernaderos marcianos, manejar la fermentación en condiciones de baja gravedad y encontrar formas innovadoras de manejar la carbonatación y el almacenamiento del producto final.
La ciencia de la cerveza marciana
Marte tiene aproximadamente un tercio de la gravedad de la Tierra, lo que plantea preguntas fascinantes sobre cómo esto afectará el comportamiento de los gases en la fermentación o la forma en que los líquidos fluirán en un ambiente de baja gravedad.
La atmósfera marciana, compuesta en su mayoría de dióxido de carbono, también podría jugar un papel en la elaboración de cerveza, tal vez facilitando algunos aspectos del proceso.
Además, se necesitarán innovaciones en la forma de obtener agua, un ingrediente esencial para la cerveza, ya que en Marte el agua es escasa y debe ser extraída de depósitos subterráneos o producida a partir de procesos químicos.
Gravedad y fermentación
La gravedad en Marte es aproximadamente un tercio de la gravedad de la Tierra, lo que afectará la forma en que se comportan los líquidos y los gases durante la fermentación.
Disonibilidad de agua
En Marte, el agua puede producirse mediante procesos químicos como la hidrólisis. Cualquier intento de hacer cerveza en Marte tendría que tener en cuenta la disponibilidad y pureza del agua, así como la posibilidad de reciclarla para minimizar el desperdicio.
Conclusiones
A medida que continuamos explorando las posibilidades de elaborar cerveza en el espacio y en Marte, también es probable que las características de la cerveza cambien.
No obstante, la humanidad siempre ha encontrado formas de adaptar sus tradiciones y rituales a nuevos entornos.
Si podemos dominar el arte de hacer cerveza en la Tierra, es probable que, con tiempo y esfuerzo, podamos disfrutar de una cerveza en Marte, brindando por un nuevo capítulo en la historia de la exploración humana.