Su composición estaba sujeta a variaciones locales y en muchos casos a un secreto celosamente guardado, pero el consenso general revela que la mezcla del gruit está históricamente vinculada a 3 hierbas.
Escritora, científica, compositora y médica, entre otras cosas, Hildegard de Bingen fue una brillante mujer a la que debemos el haber documentado por primera vez las cualidades del lúpulo como ingrediente de la cerveza.
Hoy en día, el lúpulo es un ingrediente primario en la cerveza, pero no siempre fue así. A lo largo de la historia ha sido solo uno de los muchos diferentes tipos de hierbas y especias utilizadas para saborizar y preservar la cerveza.
La cerveza no siempre supo igual, sabemos que su producción y consumo fue una necesidad básica en muchas civilizaciones como una manera segura de calmar la sed sin contraer una enfermedad contagiosa gracias a su cocción y graduación alcohólica.
Desde hace unos cinco siglos, la misión principal de los lúpulos en la elaboración de cerveza es aportar el punto de amargor necesario para equilibrar el sabor del resto de ingredientes en cada tipo concreto de cerveza.