Cuando a principios de los 90′ la cervecera de Chicago Goose Island Brewing empezó a experimentar con cervezas envejecidas en barrica, la entonces incipiente industria de la cerveza artesana vivió su primera gran revolución.

Lo que hizo Goose Island fue aprovecharse de otra bebida alcohólica que volvía a despuntar, el bourbon, cuya industria se veía obligada a retirar cientos de miles de barricas cada año para garantizar la frescura de su producto.
Éstas eran de roble, apenas habían sido usadas y además venían de serie con el aroma del glorioso líquido de Kentucky.
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Goose Island Bourbon County Stout
Tras muchas y muchas pruebas fallidas, el resultado de meter cerveza ahí dentro y dejarla reposar un tiempo (150 días de envejecimiento) fue la Goose Island Bourbon County Stout, una cerveza que el brewmaster Greg Hall describe de la siguiente manera:
Un líquido oscuro y denso como un agujero negro y con una espuma espesa del color de las barricas de bourbon. En nariz ofrece una mezcla de roble quemado, vainilla, caramelo y aromas ahumados. Un solo sorbo ya tiene más sabor que una caja entera de cualquier otra cerveza que tomes. Algunos dicen que es como un gran puro, pero yo no he probado todavía un puro con el que se la pueda comparar.
Sobra decir que la creación se vendió y se sigue vendiendo (ya ha superado los 100 lotes) y que muchas cerveceras han imitado el modelo.
No es fácil sin embargo envejecer cerveza en barrica y dar con la tecla correcta es el resultado de mucha prueba-error y, por supuesto, requiere de tiempo (entre cinco meses y dos años).
La producción además es limitada, con lo que es normal que cada botella sea vendida a un precio elevado que puede resultar no demasiado atractivo para los consumidores casuales de cerveza.
Pero hay que tener cuenta que, como las cosas buenas de la vida, las cervezas barrel aged están hechas para ser bebidas despacio, disfrutando de cada sorbo y de sus profundos aromas, como si fuese un buen whisky o un buen vino.
Si las pruebas y aprendes a apreciarlas, nunca te abandonarán. Así que, sin más dilación, aquí van otros cuantos buenos ejemplos que puedes encontrar en los bares y tiendas especializadas.
Kentucky Breakfast Stout
La más célebre de la gama quizá sea la Kentucky Breakfast Stout (11,8% ABV), una cerveza que cada vez que sale a la venta en Estados Unidos, o que un bar anuncia que la pincha, crea colas que dan vueltas a la manzana.
Allí se suele vender de una en una o como mucho a de dos en dos para satisfacer la demanda.
Al igual que la Goose Island Bourbon County Stout, marcó el camino a seguir, está elaborada con grandes cantidades de café y chocolate y envejecida durante todo un año en barricas de roble de bourbon, que descansan en una bodega subterránea, como los mejores caldos.
Una vez probada esta, aventúrate con otras dos variedades, la Backwoods Bastard, una Scotch Ale de 11,2% ABV con aromas a whisky y caramelo y la Frootwood, cherry ale con matices de cereza y vainilla.
Naparbier Avant – Garde Series
Estos navarros quizá sean los que mejor tratan las barrel aged en España. Entre ellas destaca su serie Avant-Garde, compuesta por un Barleywine, una Ale de estilo inglés de alta graduación y algo dulce, envejecida en barricas de oloroso, brandy o vino durante 15, 18, 20 o 24 meses.
Muchas de ellas rozan o llegan al 100 de nota en Ratebeer, el ranking cervecero de más reputación, equivalente al Parker para el mundo del vino.
La Pirata Black Block Bourbon Barrel Aged
Los catalanes de Cerveses La Pirata se apuntaron un auténtico home run con esta Imperial Stout (13% ABV) que, si tienes la suerte de encontrarla, te puedes hacer con una botella por 4 euros, una ganga, de verdad, para este tipo de cervezas.
Envejecida en barricas de bourbon, como ellos mismos dicen, te calienta el corazón y el alma con su cuerpo (cuerpazo) y matices de intenso café tostado.
Nómada Solera
Era obvio que alguna cervecera española iba a aprovechar el potencial de las barricas centenarias de Pedro Ximénez.
La creación de Nómada es una Imperial Stout de altísima graduación alcohólica (16% ABV), apenas carbonatada y con sabor, como no podía ser de otra manera, a vino de Jerez y a madera. Un auténtico disfrute (reposado).