El método Champenoise, también conocido como «método tradicional» o «método ancestral» ha representado durante cientos de años la cumbre de la elaboración de vinos espumosos de calidad.

Método Champenoise
Método Champenoise

Perfecccionado a partir de la elaboración de vinos en la región de Champagne en Francia, este proceso ha sido adoptado por viñateros de todo el mundo para producir bebidas burbujeantes que combinan tradición, artesanía y excelencia.

¿Qué es el método champenoise?

El método champenoise es un proceso de doble fermentación que se lleva a cabo para producir vinos espumosos de alta calidad, que se distingue por su minuciosidad del proceso y por las complejidades aromáticas que aporta.

A diferencia de otros métodos como el Charmat, donde la segunda fermentación ocurre en tanques, el champenoise se realiza íntegramente en la botella final.

Con el tiempo, el método se estableció como el estándar para la producción de espumosos de alta calidad, protegido bajo regulaciones estrictas y reconocido internacionalmente por su complejidad y refinamiento.

Historia del método champenoise

La producción de vino en Champagne se remonta a la época de los romanos, quienes habrían bautizado esta región francesa con el nombre «Campania», ya que el paisaje ondulado de la zona les recordaba su tierra natal en Italia.

El primer viñedo del que se tiene constancia en la región data del siglo V, aunque en esa época se lo conocía como vino de Reims, en honor a la ciudad comercial cercana.

Fue en la Edad Media que los monjes franceses e italianos comenzaron prestar mas atención en observar por qué algunos vinos se volvían efervescentes, lo que los romanos denominaban ‘vinum titillum’

La importancia de Dom Perignon

A finales del siglo XVII, el monje benedictino Dom Pérignon fue nombrado maestro bodeguero de la recién reconstruida abadía de Hautvillers.

Pérignon era un perfeccionista empedernido y estaba muy enfocado en crear un vino blanco perfecto a partir de variedades tintas.

Dom Pérignon

Fue un productor innovador y el primer maestro en el arte de mezclar diferentes cepas de uvas, creando vinos que se ganaron la reputación de ser conocidos como “vinum dei” (vino de dios).

Su trabajo en la abadía de Hautvillers sentó las bases para lo que posteriormente se convertiría en un método de elaboración de vino sumamente sofisticado.

Durante su vida perfeccionó muchas técnicas, como el desarrollo de una poda agresiva de las vides, el prensado ligero y procurar que la vendimia se realizara a primera hora de la mañana.

Sin embargo, al contrario de lo que la mayoría cree, pasó gran parte de su vida intentando deshacerse de esas «molestas» burbujas que «estropeaban» sus vinos.

A eso había que sumar que el vidrio francés utilizado en las botellas era particularmente delgado y frágil, lo que hacía que cientos de botellas se rompieran en el proceso o explotaran en las bodegas.

Dom Pérignon en realidad pasó la mayor parte de su vida desarrollando técnicas para contrarrestar este problema, un vino al que los monjes se referían como “vinum diaboli” (vino del diablo).

Los ingleses sí apreciaban las burbujas

Si alguna vez has escuchado que fueron los ingleses quienes inventaron el vino espumoso, podría decirse que existe una gran dosis de verdad en esa afirmación.

Ellos fueron los primeros en apreciar y comprender esas burbujas «no deseadas» del vino como una cualidad.

El champagne francés sin espuma ya era muy popular en Inglaterra a fines del siglo XVII, quienes a pesar de ser un país rico, carecían de climas o infraestructura adecuada para la producción de vino.

En aquella época los comerciantes ingleses importaban grandes cantidades de barriles de vino desde Francia, que ellos mismos embotellaban localmente antes de venderlos.

En Inglaterra se utilizaba vidrio de mayor calidad cocido en carbón y el tapón de las botellas era elaborado con corcho importando desde Portugal -a diferencia de los franceses que todavía usaban tapones de madera y tela- permitiendo que el contenido se desarrollara reluciente y efervescente en un entorno muy controlado.

Lo que no sabían era que los barriles de vino que importaban todavía transportaban trazas de levadura y azúcares que seguían fermentando.

A diferencia de los franceses, que habían consistentemente tratado de librarse de las burbujas en sus vinos, a los británicos esto les encantó.

El legado de Christopher Merrett

En 1662, fue el científico inglés Christopher Merret quien identificó lo que sucedía, desarrollando la primera explicación de lo que sería el «méthode champenoise».

Christopher Merrett

En un documento presentado ante la Royal Society, Merret describió el método de la «segunda fermentación» como un proceso en el que tras la elaboración principal del vino o la sidra, se añadía azúcar adicional a la botella para crear burbujas.

Este proceso, que originalmente ocurría de forma accidental e indeseada principalmente debido al clima, fue adoptado por los ingleses en un vino al que denominaron «Brisk».

Los franceses pronto reconocieron el potencial del champán espumoso, especialmente después de que Felipe II, duque de Orleans, se convirtiera en un gran aficionado de esta bebida.

Impresionado por su calidad y distintivo carácter, el duque desempeñó un papel clave en la reorientación de la industria del vino de Champagne, incentivando la adaptación de los métodos de producción para satisfacer la creciente demanda de esta bebida burbujeante en los círculos aristocráticos y la corte.

¿Vinos espumantes o espumosos?

Espumante se considera una mala traducción del italiano «spumante», por lo que la normativa de la OIV, establece que en español se debe decir espumoso, aunque la RAE acepta ambas palabras para describir vinos que han obtenido sus burbujas a partir de una segunda fermentación.

Etapas del método Champenoise

El método champenoise se caracteriza por un enfoque meticuloso y artesanal en la elaboración, lo que garantiza la calidad en cada botella.

1. Fermentación inicial

Todo comienza con la elaboración de un vino base tranquilo. Este vino inicial se produce a partir de variedades específicas, como Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier.

Las uvas se fermentan en tanques de acero inoxidable o barricas de roble, dependiendo del estilo deseado, para obtener un vino seco y de alta acidez.

2. Tiraje y segunda fermentación

El vino base se embotella junto con azúcar y levaduras seleccionadas, un proceso conocido como «tiraje».

La botella se sella con una tapa temporal y la segunda fermentación tiene lugar dentro de la botella.

Este paso es crucial, ya que produce el dióxido de carbono responsable de las burbujas características del espumoso.

Elaboración Champenoise

3. Crianza sobre lías

Tras la segunda fermentación, el vino permanece en contacto con las lías, es decir, los sedimentos de las levaduras, durante un periodo que puede variar de 15 meses a varios años.

Este proceso aporta complejidad aromática y textura al espumoso, con notas de pan tostado, frutos secos y levadura.

4. Removido y degüelle

Para eliminar las lías acumuladas, las botellas se colocan en pupitres inclinados y se giran gradualmente en un proceso llamado «removido» que lleva los sedimentos hacia el cuello de la botella.

Posteriormente, se realiza el «degüelle», donde se congela el cuello y se expulsa el sedimento con la presión interna.

5. Dosificación y sellado final

Finalmente, se añade el licor de expedición, una mezcla de vino y azúcar, para ajustar el nivel de dulzura.

La botella se cierra con un corcho especial y un bozal metálico, asegurando la preservación de la presión y calidad del espumoso.

Características del producto final

Los espumosos elaborados mediante este método destacan por su complejidad, elegancia y persistencia en boca.

Las burbujas finas y persistentes, resultado de la fermentación lenta en botella, son una de sus principales señas de identidad.

Aromáticamente, estos vinos presentan notas de frutas frescas como manzana verde y cítricos, junto con matices de brioche, mantequilla y frutos secos, desarrollados durante la crianza en contacto con las lías.

En cuanto al cuerpo, suelen tener una textura cremosa y una acidez refrescante, lo que los hace ideales tanto para aperitivos como para maridar con una amplia variedad de platos.

Importancia en la vitivinicultura

El método champenoise es un símbolo de excelencia y dedicación en la elaboración de vinos espumosos.

Champagne

Su implementación requiere un control meticuloso en cada etapa, desde la selección de uvas hasta el degüelle, lo que lo convierte en una técnica reservada para vinos de alta gama.

Se trata de un método que está protegido por denominación de origen, establecida en 1927, agrupando a 320 pueblos o comunas vinícolas oficiales, en el denominado «triángulo de oro» (Reims, Épernay y Aÿ) como epicentro de la producción de Champagne.

Retos y futuro del champagne

Aunque es un método con siglos de historia, su aplicación no está exenta de desafíos. La inversión en tiempo y recursos es considerable, al tiempo que el mercado global de espumosos enfrenta la competencia de vinos elaborados con métodos más rápidos y económicos.

Sin embargo, el método champenoise sigue siendo un referente de calidad y autenticidad, atrayendo a consumidores que buscan una experiencia única.

En el futuro, la combinación de técnicas tradicionales con innovaciones tecnológicas permitirá a los productores mantener la esencia del método champenoise mientras se adaptan a las exigencias de sostenibilidad y eficiencia del mercado actual.

El método champenoise es mucho más que un proceso de vinificación; es una expresión de arte, historia y tradición.

Su legado perdura en cada copa de espumoso que deleita a los amantes del vino en todo el mundo.

Conocer y valorar este método es esencial para comprender por qué los vinos elaborados bajo esta técnica se consideran joyas de la enología.

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