Ésta es una tendencia muy al alza en el mundo de la cerveza independiente y es algo que ha cambiado recientemente.

Hasta hace poco la cerveza en lata se veía como algo de “menor calidad”, de hecho ésta sigue siendo la opinión general de un amplio sector de los consumidores.
Hay gente que utiliza el término despectivo “yonquilata” y alguna vez en alguna cata hemos oído a clientes quejarse porque las cervezas que les iban a servir eran de lata.
Contenido
La mala fama de las latas
“¡Qué poca clase!” o “¿Para esto pago yo 20 euros?” son algunas de las expresiones que hemos oído en esas situaciones, reflejo de la mala fama que este formato siempre ha tenido. Pero eso está, sin duda alguna, cambiando.
En EEUU, el Reino Unido y también en España los amantes de la cerveza artesana están cada vez más, abrazando este formato que ha penetrado con fuerza en el sector.
Al menos en los países anglosajones ya forma parte de la imagen intrínseca de esa nueva tribu urbana que son los hipsters, tan amantes casi siempre de la buena birra.
Esta afirmación tan categórica aparece impresa en las latas de Stone y la vamos a utilizar como leitmotiv de este artículo.
Una frase muy potente sin duda, pero no es de extrañar que la marca que tiene en el mercado una cerveza llamada Arrogant Bastard utilice este tono de superioridad para promocionar las virtudes de este empaquetado.
Varios son los motivos que han provocado que la lata haya renacido y no solo se perciba como una opción más económica, sino también como una opción de alta calidad, vamos a analizar aquí los que nos parecen los más importantes.
Latas vs. botellas vacías
Por un lado son más ligeras, una lata de aluminio hoy tiene un peso inferior a 15 gramos mientras que las botellas de 33 centilitros están alrededor de los 200 gramos.
Esto es algo bastante importante a la hora de pensar en la distribución puesto que la mayoría de portes se cobran en función del peso.

En un mercado en el que las micros tienen que competir en precios contra las macros cualquier ahorro de costes es crucial.
Son fácilmente reciclables y además el coste energético del reciclado del aluminio es muy bajo.
La conciencia ecológica de los consumidores ha aumentado bastante y muchos de nosotros pensamos en el impacto que tiene en el medio ambiente los productos que consumimos.
Además en los últimos años se ha acabado incluso con las anillas de plástico que unían las latas y que tanto daño podían causar a los animales marinos. Otro tanto a su favor.
Son totalmente opacas, preservando así la cerveza de la luz en un 100%. Esto le viene especialmente bien a las cervezas muy lupuladas, que tanto han de estar protegidas de las injerencias de la luz o el oxígeno.
Además el tan temido regusto metálico ha desaparecido en las latas modernas gracias a un nuevo polímero a base de agua utilizado en su recubrimiento interior.
¿Qué opinan los cerveceros?
Algunos propietarios de tiendas de cerveza nos han comentado que confían mucho en la lata, especialmente cuando la cerveza tiene que venir desde muy lejos, por ejemplo de Estados Unidos.
Según su experiencia los aromas y la frescura se conservan mejor y desde luego ellos saben de esto.
Otro motivo que puede parecer menor, pero que desde nuestra opinión no lo es, es que la lata ofrece unas posibilidades artísticas enormes.
Los envases aumentan su espacio de impresión y los diseñadores pueden dar rienda suelta a la imaginación y crear imágenes impactantes y llenas de personalidad.
Un claro ejemplo de ello es la cervecera inglesa Beavertown, cuya imagen de marca desde el año 2014 está irremediablemente ligada a las creaciones artísticas de sus latas.

Y por ultimo, pero no menos importante, las latas son cómodas, fáciles de transportar, fáciles de beber y se enfrían más lento.
Sí, ya sabemos que la cerveza se bebe en un vaso adecuado, además cualquier verdadero aficionado nos dirá que tiene que ser en el vaso adecuado para cada estilo.
Pero no siempre que bebemos cerveza la podemos degustar como si de una cata profesional se tratara.
Ocasiones de consumo en lata
Hay situaciones en las que la lata es maravillosa, por ejemplo, cuando estamos en la playa con una nevera repleta de hielo, pues lata.
Son las fiestas de nuestra ciudad, estamos tomando algo y viendo un concierto en una plaza, lata.
O estamos en una barbacoa con mucha gente y no queremos andar liados con los vasos, otra vez la lata.
Por todas estas razones, son muchas ya las cerveceras independientes que han elegido este formato para llevar a sus clientes todo el sabor que son capaces de crear.
Los pioneros de la cerveza artesanal en lata
Oskar Blues fue la primera cervecera craft americana que comenzó a enlatar su Dale’s Pale Ale allá en 2002.
Quince años después 550 cerveceras enlatan más de 2.100 cervezas diferentes y entre ellas podemos ver que algunas grandes como Brooklyn, Dogfish Head, Sierra Nevada o Firestone que tienen distribución nacional e internacional están comenzando a utilizar este formato.
Símbolo de esta tendencia es el caso de Stone, que al montar su nueva fábrica en Europa la ha equipado directamente con la maquinaria para enlatar, cosa que en EEUU no tienen.