Elaborada con la original Schlenkerla Smokemalt proveniente de la maltería Schlenkerla, tradicionalmente es servida por gravedad directo desde el barril de madera de roble en su histórica taberna cervecera ubicada en Baviera, Alemania.
El «bierstacheln» conocido en inglés como «beer spiking» («pinchar la cerveza» en español) es una técnica tradicional alemana que añade una dimensión única a la experiencia de servir y degustar una cerveza.
Weihenstephan es la cervecería que puede presumir ser la más antigua del mundo elaborando cerveza, ubicada en lo más alto de la colina Naehrberg en Freising, una pequeña ciudad al norte de Munich.
Escritora, científica, compositora y médica, entre otras cosas, Hildegard de Bingen fue una brillante mujer a la que debemos el haber documentado por primera vez las cualidades del lúpulo como ingrediente de la cerveza.
A partir de la Reinheitsgebot, no estaba permitido el uso de azúcares no derivados de la malta para carbonatar cerveza, por lo que se necesitaron medios alternativos para abastecer una pequeña dosis extra tomada desde un mosto activo.
El Jägermeister es un licor amargo endulzado elaborado en base a hierbas originalmente muy popular en la ciudad de Wolfenbüttel, Alemania, en donde se encuentra la cuna de la empresa que lo comercializa, Mast-Jägermeister SE.
Las raíces de las cervezas tipo Shandy se remontan a la Inglaterra Victoriana, una época en donde mezclar Champagne y Ale (cerveza) era muy popular entre las clases adineradas.
Una característica de la historia de la cerveza es que casi durante toda su existencia fue producida con levadura Ale, hasta que a comienzos del siglo XX se introdujo masivamente la elaboración con levadura Lager.
El 23 de abril de 1516 el duque Guillermo IV de Baviera promulgó una orden que regulaba el precio de la cerveza, los tiempos de elaboración y los componentes empleados en su fabricación.
El lúpulo es un ingrediente esencial en la elaboración de la cerveza, sin el cuál sus sabores y aromas no serían los mismos, sin embargo muchos de los consumidores apenas saben de su existencia y sus propiedades.
Alemania es sinónimo de tradición cervecera, así como de diversidad y maestría en sus elaboraciones; cada cerveza cuenta una historia centenaria, reflejando la cultura, la región y el esmero de sus maestros cerveceros.
En un periodo de investigación que duró dos años de investigación, el equipo de la cervecería se dedicó a explorar formas de producir cerveza mediante técnicas tradicionales y la modificación de estas.