La cerveza de jengibre o «ginger beer», es una bebida fermentada naturalmente que combina el especiado característico del jengibre con notas dulces y cítricas en una refrescante bebida no alcohólica que ha ganado popularidad tanto por su sabor único como por sus propiedades digestivas.

Además, su versatilidad la convierte en un ingrediente ideal para cócteles y bebidas caseras ya que se adapta perfectamente a combinaciones con ron, vodka o whisky, realzando sabores y aportando una textura burbujeante y refrescante que transforma cualquier preparación en una experiencia única y sofisticada.
Contenido
¿Cómo hacer cerveza de jengibre?
La cerveza de jengibre se elabora mediante un proceso de fermentación natural utilizando un cultivo de bacterias y levaduras, conocido tradicionalmente como «planta de jengibre» o «bug».
El resultado es una bebida efervescente, picante y refrescante con un perfil de sabor complejo que equilibra dulzura, acidez y el característico picor del jengibre.
Información nutricional
Cada ración de cerveza de jengibre casera contiene aproximadamente 100 kcal, 25 g de carbohidratos, 0 g de grasas, 0 g de proteínas, 0 g de fibra, 25 g de azúcares y 5 mg de sodio.
Receta de cerveza de jengibre casera
Preparación: 20 minutos
Fermentación: 3-7 días
Raciones: 8 personas
Ingredientes
- 200 g de jengibre orgánico
- 200 g de azúcar moreno
- 3 clavos de olor
- 2 limones
- 2 litros de agua filtrada
- 2 cucharadas de pasas
- 1 lima
- 1 ramita de canela
Preparación
- Comenzar creando el cultivo fermentativo o «bug» de jengibre. Rallar finamente 2 cucharadas de jengibre orgánico fresco con piel limpia. Colocar el jengibre rallado en un frasco de vidrio limpio y esterilizado. Añadir 2 cucharadas de azúcar moreno y 250 ml de agua filtrada a temperatura ambiente.
- Cubrir el frasco con un paño de algodón limpio y una goma elástica. Dejar reposar a temperatura ambiente (20 a 25°C) durante 24 horas. Cada 24 horas, añadir 1 cucharada de jengibre rallado y 1 cucharada de azúcar. Remover con una cuchara no metálica. El cultivo estará listo cuando se observen burbujas y un aroma agradablemente fermentado.
- Pelar y rallar finamente los 200 g de jengibre fresco. En una olla grande, calentar 500 ml de agua hasta ebullición. Añadir el jengibre rallado y reducir el fuego a medio. Hervir suavemente durante 15 minutos, removiendo ocasionalmente.
- Agregar el azúcar moreno y remover hasta disolución completa. Incorporar el palito de canela y los clavos de olor. Apagar el fuego y dejar infusionar tapado durante 10 minutos.
- Colar la infusión a través de un colador fino o tela de muselina. Dejar enfriar hasta temperatura ambiente (importante para no matar los cultivos). En un recipiente grande y limpio combinar la infusión de jengibre enfriada, el jugo de los limones y la lima, la ralladura fina de un limón y media lima, las pasas enteras, el cultivo de jengibre y el resto del agua filtrada
- Verter la mezcla en botellas de vidrio con cierre hermético, dejando 2 a 3 centímetros de espacio en la parte superior. Cerrar las botellas herméticamente. Colocar las botellas en un lugar oscuro a temperatura ambiente (20 a 25°C).
- Cada 24 horas, abrir cuidadosamente las botellas para liberar el exceso de gas (proceso conocido como «burping»). Después de 3 a 5 días, probar la carbonatación. Debe ser efervescente pero no excesiva.
- Una vez alcanzada la carbonatación deseada, filtrar nuevamente si se desea una bebida más clara. Refrigerar para detener la fermentación. La bebida se conservará en refrigeración durante 2 a 4 semanas.
Notas importantes
- Mantener una higiene escrupulosa en todos los utensilios.
- La temperatura ambiente afecta significativamente el tiempo de fermentación.
- Un exceso de fermentación puede resultar en sabores demasiado ácidos.
- Las botellas deben ser resistentes a la presión para evitar explosiones, siendo la liberación diaria de gases crucial para la seguridad.
Historia y origen de la cerveza de jengibre
La cerveza de jengibre surgió en Inglaterra durante el siglo XVIII como parte del comercio colonial con las Indias Orientales.
Inicialmente se producía mediante fermentación natural utilizando el «ginger beer plant», un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras.
Esta bebida ganó inmensa popularidad durante la era victoriana como alternativa no alcohólica, especialmente entre la clase trabajadora y luego se exportó a las colonias británicas, donde evolucionó desarrollando variantes regionales.
Beneficios y propiedades
- El jengibre contiene gingeroles y shogaoles, compuestos bioactivos con potentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
- La fermentación natural añade probióticos beneficiosos para la salud digestiva. Esta bebida ayuda a aliviar las náuseas, estimula la digestión, reduce la inflamación y fortalece el sistema inmunológico.
- Los compuestos activos del jengibre también pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea y reducir el dolor muscular.
¿Sabías qué?
La auténtica «ginger beer plant» no es realmente una planta, sino un cultivo simbiótico de bacterias (Brevibacterium vermiforme) y levaduras (Saccharomyces florentinus) descubierto por el botánico Harry Marshall Ward en 1892.
Este organismo forma pequeñas estructuras gelatinosas cristalinas que se reproducen durante la fermentación, permitiendo mantener un cultivo continuo que puede durar décadas si se mantiene adecuadamente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de estos cultivos tradicionales se perdieron, lo que llevó a la popularización de versiones carbonatadas artificialmente.