La resaca (caña, guayabo, cruda, chuchaqui, etc.) es una condición que afecta a cerca del 30% de los hombres y 10% de las mujeres de la población al menos una vez por semana, revelan los datos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
Cuando comemos o bebemos una sustancia cualquiera, esta pasa básicamente por tres estados que son digestión, absorción y metabolización por el hígado.
Es decir, todo alimento (alcohol, medicamentos, etc.) que es absorbido por el tracto gastrointestinal obligatoriamente pasa por el hígado antes de alcanzar cualquier otro órgano.
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¿Cómo se metaboliza el alcohol?
El hígado es una especie de centro de tratamiento de las sustancias, ya que nada llega a la circulación sanguínea central sin antes haber sido procesado por el hígado y el nombre de este proceso se llama «metabolización hepática».
Entre los varios papeles de la metabolización hepática, uno de ellos implica desactivar sustancias tóxicas que hayan sido ingeridas, como el alcohol (etanol), por ejemplo.
En realidad, el proceso de metabolización hepática del alcohol es curioso, ya que el hígado humano no produce una enzima que neutralice directamente el alcohol, así que transforma el alcohol en acetaldehído y solo después en ácido acético, que es un metabolito no activo y no tóxico.
Aquí surgen dos problemas, el primero es que el acetaldehído es una sustancia más tóxica que el propio alcohol; el segundo es que el acetaldehído solo es inactivado en ácido acético después de pasar una segunda vez por el hígado.
En resumen, cuando consumimos alcohol, antes de que este llegue a la circulación sanguínea central, el hígado lo transforma en acetaldehído, una sustancia aun más tóxica.
Solo después de rodar por todo el organismo y retornar al hígado, el alcohol ingerido (ahora bajo la forma de acetaldehído) logra ser inactivado en el inofensivo ácido acético.
Después de consumir alcohol, la distribución final entonces es la siguiente: el 92% de etanol ingerido es metabolizado por el hígado, el 3% es eliminado en la orina, 5% es eliminado por los pulmones en la respiración (de ahí el test del alcoholímetro) y menos del 1% sale en la piel a través del sudor.
¿Por qué nos emborrachamos?
La absorción del alcohol por medio de los intestinos es mucho más rápida que la capacidad del hígado de metabolizarlo, alcanzando el equivalente a una copa de vino o 300 ml de cerveza por hora.
Por lo tanto, si tomamos el equivalente a 5 copas de vino, el cuerpo va a demorar, aproximadamente, cinco horas para eliminar todo ese volumen.
Eso significa que después de un consumo exagerado de alcohol, nuestro organismo tendrá que lidiar, por varias horas, con dos sustancias altamente tóxicas circulando en la sangre: alcohol y acetaldehído.
Cuando estamos con el estómago lleno, la absorción de etanol se torna más lenta, ya que el hígado necesitará más tiempo para metabolizar el alcohol que llega.
Por ello, la intoxicación por etanol es más intensa cuando bebemos en ayunas. Las bebidas alcohólicas gaseosas son absorbidas más lentamente y los alimentos ricos en proteínas o en azúcar reducen la absorción del alcohol.
El alcohol actúa en todo el organismo, pero sus efectos más visibles se dan en el cerebro, principalmente durante una intoxicación aguda.
En pequeñas cantidades, el alcohol tiene acción estimulante en las neuronas, causando algo de euforia y mayor interacción social.
Pequeñas dosis ya afectan la coordinación motora y la capacidad de concentración. Conforme el nivel de alcohol se eleva, la capacidad de discernimiento se altera y surgen los comentarios y las acciones inadecuadas.
Las dosis más altas de alcohol y acetaldehído en la circulación intoxican las neuronas, causando la inhibición del funcionamiento del sistema nervioso.
Conforme la concentración sanguínea se eleva, las personas van pasando por fases que van desde la letargia, somnolencia, reducción del nivel del conciencia, coma y eventualmente, muerte.
Por lo tanto, estar embriagado significa estar con las neuronas intoxicadas por el alcohol (y acetaldehído).
Los síntomas de la embriaguez duran hasta que el hígado logre neutralizar todo el alcohol y el acetaldehído que circulan en la sangre, lo que ya vimos que puede llevar horas.
¿Qué es la resaca?
La resaca es el resultado final de horas de exposición a sustancias tóxicas que se produce habitualmente surge cuando el nivel de alcohol en la sangre está muy bajo, casi cero, después del trabajo de limpieza realizado por el hígado.
La resaca parece ocurrir básicamente por tres motivos:
- Intoxicación por acetaldehído.
- Disminución de la glucosa sanguínea (hipoglicemia).
- Deshidratación.
El acetaldehído llega a ser hasta 30 veces más tóxico para las células que el etanol. En el caso de un consumo exagerado de alcohol, puede haber presencia de este metabolito tóxico en la circulación durante varias horas después de que el individuo ha dejado de beber.
Gran parte del malestar de la resaca es consecuencia de la exposición prolongada de las células al acetaldehído, lo cual provoca una especie de inflamación generalizada del organismo.
Además, las neuronas quedan intoxicadas, lo cual dificulta el establecimiento de un patrón adecuado del sueño. El sujeto queda somnoliento y la calidad de su sueño es mala.
El proceso de metabolización del etanol envuelve vías enzimáticas del hígado que también participan de la producción de glucosa, principalmente en periodos de ayuno.
Como esas enzimas están ocupadas metabolizando el etanol, tenemos una caída en el nivel de glucosa para el cerebro y otras regiones del organismo. De ahí surgen los síntomas de debilidad y malestar.
Uno de los efectos adversos del etanol en el cerebro es inactivar la producción de una hormona llamada ADH (hormona antidiurética).
Los riñones filtran un promedio de 180 litros de sangre (agua) por día. Gracias a la hormona ADH, de estos 180 litros filtrados, orinamos apenas 1 o 2 por día.
El ADH es uno de los principales mecanismos de control de la cantidad de agua corporal. Cuando es inhibido, toda el agua que pasa por los riñones acaba siendo eliminada en la orina.
Por ello, algunos minutos después de la ingestión de alcohol, comenzamos a orinar a cada vez con mayor frecuencia.
¿Por qué la orina es transparente después de consumir alcohol?
Eso ocurre porque en ese momento tu orina es básicamente agua pura y este efecto diurético lleva a la deshidratación, que causa los síntomas de boca seca, sed, dolor de cabeza, irritación y calambres.
La ADH solo vuelve a ser producida por el sistema nervioso central cuando los niveles de alcohol se tornan bajos, generalmente después de horas de eliminación excesiva de agua.
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¿Cómo evitar la resaca?
El riesgo de resaca es mayor cuando hay un consumo de al menos 4 copas de vino o 4 latas de cerveza (o el equivalente en alcohol de cualquier otra bebida) en el intervalo de 2 horas.
Esta es una cantidad de alcohol consumida por encima de la capacidad de metabolización hepática, promoviendo gran liberación de acetaldehído hacia la corriente sanguínea.
Como ya se ha dicho, beber más despacio y después de ingerir alimentos ricos en proteínas y carbohidratos disminuye la velocidad de absorción de alcohol por los intestinos, dando tiempo a que el hígado metabolice el alcohol que va siendo consumido. Lo ideal es comer antes de comenzar a beber.
Después de la embriaguez, el alcohol ya ha sido absorbido del todo, así que comer sólo aumentará el riesgo de vómito.
Sin embargo, esto no impide que puedas comer bocadillos durante la fiesta mientras bebes alcohol, pues esto ayuda a retardar la absorción del alcohol.
Beber mucha agua antes, durante y después de la fiesta tal vez sea la mejor sugerencia y cada vez que usted vaya a orinar, bebe algo no alcohólico, ya sea agua, jugo o refrescos (con azúcar, de preferencia).
El consumo de medicamentos antiresaca sólo es una mezcla de sustancias contra las náuseas, analgésicos y cafeína que tratan de aminorar algunos de los síntomas de la resaca.
El problema es que su efecto no es tan fuerte muchas horas después de tomado e inclusive algunos contienen antiinflamatorios o aspirina, que son sustancias que irritan el estómago.
¿Cómo curar la resaca?
Beba mucho líquido al despertar. A no ser que usted esté habituado a tomar café por la mañana, lo ideal es evitarlo, pues la cafeína también es un diurético.
Agua y jugos son lo ideal, e isotónicos (como el Gatorade) también pueden ser de ayuda.
No existe medicamento que cure la resaca, ni que acelere el metabolismo del etanol. De nada sirve el baño frío, el café, los tés, los productos con olor fuerte o cualquier otra solución casera.
Lo importante es la hidratación, los carbohidratos y bastante reposo. Habitualmente, la resaca mejorará hacia el final del día.