Degustar una cerveza es una experiencia ilusoria. Las sensaciones son efímeras y allí estás, oliendo, exhalando, tratando de expresar el momento antes de que acabe.

Jerald O’Kennard, director del Beverage Testing Institute entrega algunos consejos para agudizar tus percepciones y mejorar la forma en que disfrutas una cerveza.
Contenido
1. Construye una biblioteca de sensaciones
Se trata de estar más consciente de los aromas a tu alrededor, etiquetarlos, asignarles una palabra específica, almacenarlos mentalmente.
Cada vez que pruebas algo cocinando en casa, en un puesto de frutas o acampando, construye conscientemente recuerdos sensoriales y nómbralos, de manera de identificar ese fugaz instante de tiempo cuando necesites utilizar una palabra para registrar o comunicar algún aroma o sabor.
2. Atrévete a probar cosas nuevas
Consigue un queso poco común de vez en cuando y ponte a prueba con algo que te resulte extraño o incluso incomodo. Expande tu punto de vista sobre la comida y la bebida.
3. Confía en tu primera impresión
Es aquí cuando necesitas tener al alcance tus recuerdos sensoriales. Mientras más recuerdos vengan a tu mente mucho mejor: «OK, sé que he olido esto antes, ¿Cuál es mi asociación, mi registro mental?». Por lo general, si no puedes nombrarlo, lo perderás.
4. Escribe tus impresiones
Si no logras establecer una identificación específica, pero pertenece a una categoría general, utiliza sólo la categoría.
Por ejemplo, digamos que no puedes especificar un tipo de pimienta -negra, rosa, de cayena- pero sabes que se trata de pimienta, entonces eso es suficiente en primer lugar.
5. Toma un descanso
Tu capacidad de oler y saborear cosas se fatiga rápidamente, toma un descanso, limpia tu paladar con agua fresca e inténtalo de nuevo en unos minutos.