La historia de la Cervecería St. Bernardus está fuertemente ligada a dos abadías trapenses. Fue primero en 1904, debido a las políticas anticlericales de la época en Francia, que los monjes de la Abadía Catsberg (Mont des Cats) decidieron mudarse pocos kilómetros al norte hasta Bélgica e instalarse en una pequeña granja de la localidad de Watou.
Como es habitual en la Orden del Císter, los monjes decidieron en ese entonces comenzar a trabajar para generar ingresos que permitieran su subsistencia y desarrollar obras de caridad, así que para ello transformaron la granja en una fábrica de queso a la que llamaron «Refuge Notre Dame de St. Bernard».
Años más tarde, cuando los monjes finalmente pudieron volver a Francia en 1934, los derechos para la producción del queso en Watou fueron adquiridos por Evarist Deconincky.
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La llegada de la Abadía Westvleteren
Más de una década después, en 1946, los monjes trapenses de la Abadía St. Sixtus de Westvleteren, ubicada a 10 km de la quesería St. Berbardus, se vieron en la necesidad de emprender una serie de tareas de restauraciones en la Abadía.
Debido a esto, los monjes decidieron limitar su elaboración de cerveza sólo al consumo personal y a tres cafés cercanos a la Abadía (In De Vrede entre ellos), por lo que decidieron vender a Evariste Deconinck una licencia para elaboración comercial y así financiar las obras.
Deconinck construyó para ello un nuevo edificio a un costado de la quesería que le permitió elaborar la cerveza que llamaron “Sixtus de Watou”, que habitualmente era etiquetada como “Abadía St. Sixtus – Westvleteren”.
La ahora Cervecería St. Bernardus comenzó a elaborar las mismas cervezas elaboradas en la abadía, siempre al mando de Evariste Deconinck, quien se asoció con el hasta entonces maestro cervecero de origen polaco de St. Sixtus, Mathieu Szafranski, quien llevó consigo el conocimiento, las recetas y la cepa de levadura originales utilizadas por los monjes.
Más tarde, en 1959 Evariste Deconinck decidió vender la fábrica de quesos y concentrar sus esfuerzos sólo en la cervecería, que a principios de los años 60 negoció una nueva licencia con el monasterio por 30 años más.
Authentic Trappist Product (ATP)
Fue durante los años 80′ que los monasterios Trapenses vieron cómo algunos productores privados de cervezas comerciales se aprovechaban de la fama de los productos monásticos, vendiendo cervezas bajo el nombre «Abadía» con una calidad muy desigual.
Para ese entonces decidieron crear una denominación de origen que protegiera sus productos y sus normas de calidad bajo el nombre de «Authentic Trappist Product» que actualmente reconoce a 12 Abadías que elaboran cervezas Trapenes en Bélgica, Holanda, Austria, Italia, USA e Inglaterra para el uso de este sello en la elaboración de cervezas.
Como las cervezas elaboradas en la cervecería St. Bernardus no se podían considerar como autenticas “Trapenses”, los monjes de St. Sixtus debieron revocar su acuerdo de licencia con la cervecería St. Bernardus, quienes dejaron de elaborar sus cervezas con el nombre Westvleteren a partir de 1992.
Las cervezas de St. Bernardus
Fue por esta razón, que ya finales de los años 80, St. Bernardus decidió comenzar a elaborar cervezas bajo su propio nombre, que aunque no eran Trapenses (porque no se elaboran en una Abadía entre otras razones) y ya no tenían ningún vínculo con los monjes de Westvleteren, seguían utilizando las mismas recetas originales.
Actualmente su portafolio cuenta con ocho productos, los tres primeras elaborados con las recetas originales de Westvleteren y su graduación alcohólica en relación con el orden monástico: «Pater 6», «Prior 8» y «Abt 12«.
1. St. Bernardus Pater 6
La Pater 6 es una Dubbel que presenta un color marrón oscuro con reflejos rubí, con un sabor equilibrado resalta notas de caramelo y frutas secas, complementadas por un toque de especias, posee una graduación alcohólica de 6.7% ABV.
2. St. Bernardus Prior 8
Prior 8 también es una Dubbel, aunque más robusta, con un perfil de sabor más complejo, de color ámbar oscuro y aromas incluyen malta caramelizada y frutas como pasas y ciruelas, con un leveamargor equilibrando su dulzura, logrando una experiencia ideal para quienes buscan cervezas con cuerpo y matices en una graduación alcohólica de 8.0% ABV.
3. St. Bernardus Abt 12
Abt 12 es una Quadrupel que se ha ganado un lugar como una de las mejores cervezas del mundo, de color marrón oscuro y espuma cremosa característicsa, su nariz ofrece aromas de frutas negras, chocolate y caramelo, con una boca, es densa y melosa en un final prolongado y cálido gracias a sus 10% ABV.
4. St. Bernardus Tripel
La St. Bernardus Tripel fue la primera cerveza de creación propia tras la terminación de la licencia con la Abadía Westvleteren, dorada brillante y con espuma abundante, destacan sus aromas florales y especiados, junto con toques de frutas como pera y manzana, crean una experiencia refrescante y ligeramente dulce en una graduación alcohólica de 8.0% ABV.
5. St. Bernardus Witbier
La St. Bernardus Witbier fue ideada y elaborada originalmente en colaboración con el legendario Pierre Celis, quien años antes había resucitado el estilo con Hoegaarden, una cerveza de color amarillo pálido y turbia, reconocida por sus aromas a cítricos y especias, ligera y refrescante, ideal para los días calurosos, con una graduación alcohólica de 5.5% ABV.
6. St. Bernardus Christmas Ale
St. Bernardus Christmas Ale es una cerveza estacional elaborada especialmente para la temporada navideña, de color ámbar profundo y complejas notas de frutas, especias que la convierten en una alternativa perfecta para celebrar, con una graduación alcohólica de 10% ABV.
7. St. Bernardus Extra 4
En 2014, la cervecería relanzó la St. Bernardus Extra 4, una cerveza que no se había elaborado en casi 50 años y que forma parte de las recetas originales de la abadía Westvleteren, caracterizada por su frescura y suavidad, con un perfil ligeramente afrutado y especiado, con un contenido alcohólico de 4.8% ABV.
8. St. Bernardus Watou Tripel
Por último, la St. Bernardus Watou Tripel es una variación más suave de su versión original, ofrecuendo un sabor más frutal y especiado, con un equilibrio perfecto entre dulzor y amargor, se ha ganado su propio lugar en el portafolio de la cervecería, con una graduación alcohólica de 7.5% ABV.