Por Czech Tourism
De alguna forma, la ciudad de Pilsen (Plzeň) recibió como regalo en su nacimiento esta destacada cerveza cuando en el año 1295 el rey Venceslao II fundó la ciudad, otorgó a todos los ciudadanos, independientemente de su profesión, el derecho a fabricar cerveza, es decir se les permitía tanto elaborarla como venderla directamente en sus casas.
Muchos de los pórticos renacentistas y barrocos de las casas burguesas donde antaño se hacía uso de tal derecho atestiguan ese famoso pasado.
Las numerosas cervecerías que siempre están repletas de gente, así como los restaurantes, las nuevas minicervecerías y la gran cantidad de eventos culturales celebrados, son una prueba de que los lugareños de hoy siguen desarrollando con gusto el legado de sus antepasados.
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El nacimiento de la cerveza Pilsner
Fue en febrero de 1838 cuando el público de Pilsen contempló un inusual espectáculo. En medio de la plaza justo frente al ayuntamiento, se derramaron treinta y seis barriles de la cerveza al no ser considerada apta para beber.
En esa época, en Pilsen prácticamente cualquier persona se dedicaba a la elaboración de la cerveza y cada día su calidad decaía considerablemente de modo que los lugareños ya no eran capaces de competir con las fábricas de cerveza de Baviera.
Por este motivo, los burgueses unieron sus fuerzas para edificar la llamada Cervecería Burguesa (Měšťanský pivovar, en checo) e invitaron, para recibir su ayuda, al cervecero bávaro Josef Groll, hombre que gozaba de la mejor fama como maestro cervecero.
Este logró hacer una cerveza completamente diferente a la que pensaba, tal vez gracias a los distintos ingredientes y a la calidad del agua del manantial local.
El resultado fue colosal. La nueva cerveza lager tuvo un excelente aroma y sabor, que la Pilsner Urquell ha mantenido hasta el día de hoy. Un cronista de Pilsen recuerda este acontecimiento tal y como sigue:
Cuánta admiración ha sido colmada en el momento en el que apareció su color dorado y la espuma nívea flotando sobre ella, cuánto se han alegrado los bebedores al comprobar qué fuerte y exquisito sabor presenta este producto de la casa, un sabor que hasta ese momento no se había conocido en las cervezas.
En Pilsen podrás degustar la cerveza de la fábrica Pilsner Urquell, en diversos lugares, como en la mayor cervecería de Bohemia y también podrás disfrutar de otras marcas y especiales cervezas en numerosas tabernas y restaurantes, así como en varias minifábricas de cerveza. Incluso podrás visitar el balneario de cerveza local.
Cervecerías de Pilsen
Durante mucho tiempo Pilsen ha gozado de la gracia de gobernadores. En el medievo y en la época del Renacimiento la ciudad vivió un inusual apogeo.
Exactamente a la vuelta del siglo XVI, Pilsen incluso se convirtió durante nueve meses en la capital del imperio de los Habsburgos cuando el emperador Rodolfo II se trasladó aquí desde Praga con toda su corte.
Los visitantes de la ciudad pueden seguir esta célebre etapa de la Pilsen renacentista observando los esgrafiados del ayuntamiento o el mismo escudo de la ciudad.
Este representa, entre otros signos, una perra de galgo como prueba de la fidelidad hacia el emperador, el rey checo y la Iglesia durante las guerras husitas en el siglo XIV y el camello capturado a los enemigos como botín durante la defensa de la ciudad.
Una interpretación moderna de los símbolos de la ciudad se puede apreciar justo en el centro, en la plaza de Pilsen.
Cerca de la iglesia gótica de San Bartolomeo, justo al alcance de la vista de la columna barroca de la peste, encontrarás una abstracta representación de los motivos de la galga, el camello y un ángel, en forma de majestuosas fuentes doradas que tienen muchos partidarios, así como adversarios entre los habitantes de Pilsen.
Renacimiento
El período de prosperidad finalizó en 1618 al ser la ciudad conquistada por las tropas del conde Mansfeld.
Pilsen se convirtió durante mucho tiempo en una ciudad provincial y se quedó, injustamente, al margen del progreso del momento.
A pesar de todo, su «renacimiento moderno» surgió con gran vigor con la llegada de la revolución industrial en el siglo XIX.
A finales del siglo XIX y principios del XX, no sólo la industria prosperaba en Pilsen, sino también el arte.
La parte más intelectual de la sociedad, que constaba de numerosos miembros de la comunidad judía, invitó a Pilsen a famosos arquitectos, entre otros al mundialmente reconocido Adolf Loos que diseñó aquí mismo un conjunto único de interiores burgueses.
Sin embargo, el fenómeno más importante de la Pilsen nueva era el teatro, tanto el clásico, como el de marionetas que actualmente sigue siendo una gran tradición por lo que hoy en día se siguen representando estas funciones en el Teatro Alfa o el Museo de las Marionetas.
Segunda Guerra Mundial
Desgraciadamente, en la Segunda Guerra Mundial, Pilsen perdió la mayoría de su población interrumpiéndose así su prometedor desarrollo.
De ahí que en 1945, los habitantes de Pilsen saludaran con fuertes vítores de «viva» a sus libertadores, los cuales en su mayoría formaban parte del Ejército estadounidense.
Estos jóvenes soldados gozaron al completo de su llegada a la famosa ciudad que ofrecía buena cerveza.
Sólo después del año 1989, igual que las demás grandes ciudades checas, Pilsen retomó el aliento y pudo así iniciar una nueva vida.
Por fin, fueron reconstruidos el casco histórico y el círculo de parques, y Pilsen volvió a convertirse en una de las ciudades checas más hermosas.
Hoy en día atrae a sus visitantes no sólo por su afamada cerveza, sino también por su tradición cultural. Gracias a sus abundantes acontecimientos históricos y nuevos proyectos en desarrollo.