Cristalería de cerveza: Copa Snifter

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Popularizada en el siglo XX, la copa Snifter -también conocida como «copa balón»- se utiliza principalmente para servir licores envejecidos y aromáticos como el brandy, el cognac y el whisky.

Su nombre proviene del verbo inglés «to sniff», que significa olfatear, en referencia directa a su capacidad para capturar y dirigir los aromas directamente hacia la nariz, un nombre originalmente utilizado de forma coloquial en Inglaterra para referirse a un sorbo pequeño y refinado de alcohol.

Los antecedentes de la copa snifter se remontan a las copas para brandy utilizadas durante el siglo XVIII en Francia, perfeccionadas gradualmente por los vidrieros europeos para capturar y concentrar los aromas complejos desarrollados en prolongadas maduraciones en barricas.

Contenido

Características de la copa snifter
Copa snifter para degustación de cerveza
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Características de la copa snifter

Posee una característica superficie inferior redonda y amplia, que está diseñada para aumentar la transferencia de calor desde la mano y alcanzar una óptima temperatura de consumo.

A diferencia de otras copas que aíslan el contenido del calor corporal, la snifter está hecha para sostenerse por la base o el cuenco, justamente para aprovechar esa transferencia de temperatura.

En el caso de destilados como el cognac, que suelen servirse entre 20 y 22°C (68 a 71,6 °F), este leve aumento de temperatura permite que los compuestos aromáticos volátiles, como ésteres (notas frutales), aldehídos (aromas almendrados) y alcoholes superiores (calidez y complejidad), se liberen gradualmente, sin ser abrumadores.

El calentamiento controlado también ayuda a suavizar las notas más intensas del alcohol, haciendo que los aromas terciarios (como vainilla, cuero, tabaco o madera) sean más perceptibles.

Con un gran volumen interior, posee suficiente espacio para agitar cómodamente en remolino, lo que incrementa el contacto del líquido con el oxígeno y activa la liberación de compuestos aromáticos.

La parte superior, en cambio, se estrecha hacia el interior para capturar y potenciar los aromas, concentrándolos en la parte superior del cáliz para una mejor percepción olfativa, lo que crea un «efecto chimenea» que dirige los compuestos aromáticos directamente hacia la nariz.

Estas cualidades convierten a la copa snifter en una herramienta sensorial ideal, no solo para la degustación, sino también para análisis en catas y degustaciones.

Copa snifter para degustación de cerveza

Más allá del mundo de los destilados, la copa snifter ha encontrado un lugar privilegiado en la cultura cervecera contemporánea, especialmente en estilos que requieren apreciación aromática.

Son estos atributos los que también convirtieron al Snifter en la copa preferida para algunos estilos de cerveza, sobre todo aquellos de aromas más complejos, cervezas envejecidas, con un ABV del 8% y superior como Imperial Stout, Barleywine y Double IPA, para los que también facilita la retención de espuma.

En estas cervezas, con perfiles sensoriales intensos que pueden incluir notas de café tostado, chocolate, frutas con carozo, alcohol cálido o fermentaciones mixtas, la copa Snifter permite al consumidor percibir las sucesivas capas de aroma liberadas, gracias a la capacidad de la copa para oxigenar y concentrar aromas al mismo tiempo.

Además, su forma redondeada y cuello estrecho ayudan a mantener una cabeza de espuma persistente, lo que contribuye tanto a la presentación como a la percepción de sabor.

Por lo general, su capacidad varía entre 180-240 ml (6-8 oz), aunque en contextos cerveceros pueden encontrarse versiones de hasta 350 ml, ya que no están pensadas para llenarse por completo.

Su base corta y su cáliz con un bajo centro de gravedad le otorgan estabilidad, incluso al ser agitadas, con una forma que también minimiza la oxidación excesiva, manteniendo la integridad del líquido durante el consumo.